Desde siempre, el ser humano ha necesitado vínculos para crecer y desarrollarse.
Cuando debido a la pérdida de un ser querido, uno de esos vínculos se rompe, surge un periodo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo.
¿Qué es el duelo?
El duelo es una experiencia emocional y psicológica de pérdida que una persona experimenta después de la muerte de alguien cercano o una separación significativa.
Se puede manifestar de diversas maneras, como tristeza, dolor, ira, negación, shock e incluso culpa.
El proceso de duelo es diferente para cada persona y puede durar semanas, meses o incluso años.
A menudo, las personas que están de duelo necesitan apoyo emocional y atención para ayudarles a procesar su pérdida y avanzar hacia la aceptación y la curación.
Es importante reconocer que el duelo es un proceso normal y natural y que no hay una forma “correcta” o “incorrecta” de experimentarlo.
Las etapas del duelo
La pérdida de alguien cercano o una separación significativa pueden ser experiencias emocionales y psicológicas muy difíciles de afrontar. El proceso o las etapas de duelo que sigue a estas situaciones puede ser muy complicado y desafiante, y puede variar en duración e intensidad de una persona a otra.
La teoría de las etapas del duelo desarrollada por la psiquiatra Elisabeth Kubler-Ross ha sido ampliamente reconocida y utilizada en el campo de la psicología para describir los diferentes estados emocionales que las personas pueden experimentar durante el proceso de duelo.
En este artículo, exploraremos más a fondo las etapas del duelo y cómo pueden afectar a una persona que está atravesando un proceso de duelo.
De manera general, se acepta que existen 5 etapas en el duelo.
Etapa del duelo 1: La negación
Negar lo ocurrido es una primera reacción inconsciente de la mente para amortiguar el golpe de la muerte de un ser querido. Es lo que se conoce como estar en estado de shock o embotamiento emocional.
Esta etapa no puede ser indefinida porque en algún momento habrá que hacer frente a la realidad.
Etapa del duelo 2: La ira
El fin de esa primera etapa de negación va asociado a sentimientos de frustración y de impotencia.
Dicha frustración conlleva a su vez la aparición de enfado y de ira, como suele pasar en general y no sólo durante un duelo.
En esta nueva etapa, se busca responsabilizar a algo o a alguien (incluido uno mismo) de la pérdida, siendo característicos los sentimientos de rabia, culpa y resentimiento.
Etapa del duelo 3: La negación
En esta etapa, la persona fantasea con la idea de que la situación se puede revertir teniendo la esperanza de que nada cambie.
De alguna forma, el dolor es mitigado imaginando que se ha retrocedido en el tiempo y que no ha ocurrido ninguna desgracia.
Pero la etapa es evidentemente breve al observar la diferencia entre la ficción y la realidad.
Etapa del duelo 4: La depresión
En esta etapa del duelo, se deja de fantasear con una realidad paralela y se entra de lleno en la realidad, donde suele invadir una sensación de vacío existencial porque el ser querido ya no está ahí.
Sería algo así como la asunción de la pérdida.
Lo frecuente en esta etapa es sentir nostalgia, pena y una pérdida de interés por todo lo cotidiano.
Además, suele producirse un aislamiento social y una idea recurrente de que la ausencia es tan grande que no vamos a poder seguir adelante.
Etapa del duelo 5: La aceptación
Como su nombre indica, esta etapa del duelo es la etapa donde se acepta la muerte del ser querido y se empieza a aprender a seguir viviendo en un mundo en el que ya no está.
Supondría la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión, no sólo racional sino también emocional, de que la muerte forma parte de la vida humana.
¿Qué podemos hacer para procesar mejor el duelo?
Para afrontar el duelo hay que hacer un esfuerzo para superar el sufrimiento y la frustración que comporta la ausencia del ser querido.
Y, para ello, es vital aceptar y comprender que el duelo es un proceso natural que requiere su tiempo.
Hay muchas cosas que se pueden hacer para procesar el duelo y ayudar en el proceso de curación:
Buscar apoyo
Hablar con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ser útil en el proceso de duelo.
Practicar el cuidado personal
Hacer ejercicio, comer bien, dormir lo suficiente y cuidar de uno mismo puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad asociados con el duelo.
Permitirse sentir
Permitirte sentir y expresar tus emociones, ya sea mediante el llanto, la escritura o la creatividad, puede ser terapéutico.
Participar en rituales y ceremonias
Algunas personas encuentran consuelo en las ceremonias o rituales para honrar a la persona que han perdido.
Buscar significado
Encontrar formas de mantener el recuerdo y el legado de la persona fallecida puede ser una forma de encontrar consuelo y significado.
Como hemos apuntado más arriba, el duelo forma parte de la vida.
No obstante, en ocasiones puede enquistarse de tal manera que la persona quede atrapada en él; es lo que se conoce como duelo complicado.
Así, puede darse o bien un cuadro depresivo, o bien un abuso de alcohol u otras sustancias, o bien la aparición de la fantasía de reunirse con el ser querido buscando la muerte de forma pasiva o activa.
Cuando el duelo se complica, en cualquiera de estas vertientes, es importante pedir ayuda profesional de la psicología pues realizar una terapia es imprescindible para la superación del mismo.