Los problemas de pareja son un motivo de consulta muy frecuente en la consulta de psicología. Cuando una pareja se constituye, se inicia un camino en el que se combinarán tanto momentos felices como complicados. Las dificultades aparecerán inevitablemente, superarlas dependerá de la capacidad de la pareja para hacer frente a las adversidades de manera que su relación salga reforzada de ello.
Los problemas de pareja surgen cuando las dificultades no se superan y se enquistan generando malestar psicológico y emocional en ambas personas.
Un problema de pareja por el que se suele consultar a menudo es la dificultad para resolver los conflictos. Las posturas son enfrentadas y no se consiguen acuerdos porque se da una falta de habilidad para la negociación.
Algunos temas como la crianza de los hijos, la economía familiar, los cambios en las condiciones laborales o la relación con las familias de origen, son ejemplos de negociaciones difíciles. Las parejas se ven obligadas a consensuar muchos aspectos relacionados con estos temas sin llegar a conclusiones.
En las sesiones vemos cuáles son las habilidades que necesitan poner en práctica para negociar y se hace un trabajo de mediación que les ayude a avanzar en conseguir acuerdos.
Relacionado con el asunto anterior encontramos que el problema de pareja puede ser la consecuencia de una comunicación difícil o ineficaz. Las parejas llegan a consulta lamentándose de que no saben comunicarse y cualquier conversación les lleva a la discusión y al conflicto.
La terapia de pareja les da la oportunidad de aprender nuevas habilidades de comunicación y reforzar las existentes. En este caso una parte del trabajo se centra, entre otras, en potenciar habilidades como la escucha activa, la expresión emocional adecuada o el uso eficaz de la comunicación no verbal.
Es también habitual que las parejas se encuentren desmotivadas en su relación. La rutina se ha instalado en su vida y ya nada es interesante. La terapia se dirige a facilitar un reencuentro en la situación actual de la pareja.
Un trabajo necesario es aquel de ajustar las expectativas, de volver a mirarse, romper con hábitos que les están alejando, reorganizar el tiempo compartido y aumentar las ocasiones de reforzar lo positivo de la otra persona de manera recíproca.
Cuando aparece un factor externo que causa mucho stress en la relación: duelos, pérdida del empleo, accidentes, enfermedades, traslados,… las parejas están sometidas a un esfuerzo adaptativo que puede afectar de diferente modo a cada persona generando entre ellas incomprensión y distancia. Lo anteriormente comentado, además de algunas sesiones de terapia individual, es útil para ayudar a las parejas a gestionar el estrés a fin de mantener la cohesión en la pareja.
En la consulta nos encontramos con parejas que acuden a terapia inmersas en dinámicas relacionales dañinas. La necesidad de control, la desconfianza, los celos o las luchas de poder causan daños en la relación difíciles de reparar. Dentro del contexto de la terapia de pareja, se orienta a cada persona a ser consciente de cómo estos asuntos personales contribuyen al deterioro de la relación. El objetivo es promover cambios positivos en los estilos relacionales.
La pareja es un universo complejo. En el momento de acudir a terapia nos encontramos con un deterioro, un cansancio en el que a menudo conviven varios de los factores que hemos descrito.
Para tratar de resolver los problemas de pareja es necesario hacer una evaluación clara de lo que está sucediendo e ir dando los apoyos necesarios para su resolución. Todo esto sin olvidar que el consejo terapéutico pudiera tener que orientarse a gestionar una separación en los mejores términos posibles. Cuando la relación ha llegado a un punto en que esta opción es la que garantiza el bienestar de cada persona.
Es aconsejable mantener una actitud proactiva cuando se acude a terapia de pareja. Comprender que los problemas de pareja van a aparecer y no darle necesariamente un significado catastrofista. Pensemos que no tener nunca conflictos podría ser un signo de alejamiento emocional y falta de comunicación más que un indicador de bienestar.
La terapia de pareja ayuda a las parejas a renegociar su relación para que proporcione bienestar emocional, de ahí la premisa que solemos recordar en las sesiones de terapia: las parejas que funcionan no son las que no tienen conflictos sino las que son capaces de mantener habilidades para resolverlos.